Una riqueza que sigue
resistiendo
El guaraní – tupí es aquel que comprende
aquellas lenguas que se hablaban en la América precolonial por los pueblos que
vivían al este de la inmensa Cordillera de los Andes, desde el mar Caribe hasta
el Río de la Plata. En la actualidad se lo encuentra en diversos países, como
por ejemplo Paraguay. Pero hoy en día se está haciendo una fuerte crítica al
método de enseñanza de este dialecto en las escuelas del país.
Paraguay es uno de los pocos países del continente sudamericano que ha
logrado conservar a lo largo de los años su idioma originario. El pueblo
paraguayo es el resultado de un mestizaje de dos culturas: la guaraní y la
española que se encontraron en la colonización. Uno de los grandes legados, es
el idioma guaraní que es hablado por el ochenta y siete por ciento de la
población, mientras que más del cincuenta por ciento es bilingüe.
El guaraní fue, y sigue siendo, un
pueblo familiero. Organizado en clanes, donde vivían varias familias; la
confianza en la abundancia de la tierra les permitía moverse libres por la
cuenca del Plata y la selva en busca de la “tierra sin mal”, esa que buscaron
por mucho tiempo y que les costó conseguir. Su idioma es onomatopéyico,
musical, hace vibrar las consonantes, como muestra Alihuen, el guía que
acompaña a recorrer la “huella franciscana” que se encuentran en la ciudad de
Yaguarón, donde los frailes franciscanos, que llegaron a evangelizar las
tierras del sur de Asunción, construyeron su templo principal. La piel tostada
por el sol, marca los rasgos nativos en su rostro, su cabellera larga y crespa
de color negro iluminada por destellos blancos, muestra el pasar del tiempo;
años de lucha y resistencia por conservar su cultura, su idioma. Ese dialecto dulce, del corazón que se fue
trasmitiendo de generación en generación, aquel que Alihuen lleva con gran
orgullo, está siendo discutido en la educación paraguaya, ya que la forma en
que se está enseñado no concuerda con las costumbres y el verdadero sentido y
espíritu que transmite el guaraní.
En un seminario de bilingüismo realizado hace unos
días en la cuidad de Asunción, organizado por el Ministerio de Educación y Cultura, se dijo que en dos generaciones el guaraní desaparecería ya que los
niños en los hogares sólo hablan español. En las instituciones educativas el
idioma es una materia como cualquier otra sin darle la importancia que tiene a
la hora de recuperar la historia de Paraguay, sólo se enseña cómo se lee y se
escribe pero sin que esa metodología transmita el verdadero sentimiento de la
lengua materna. El guaraní ha pasado de la oralidad a la escritura a través de
la abundante producción que se ha realizado, podemos escucharlo en las plazas,
en las fiestas populares, en los medios de comunicación; está vivo en todas
partes y sigue resistiendo para poder adaptar la enseñanza formal a una
metodología que reviva y de a conocer ese instrumento liberador que expresa el
sentimiento de un pueblo con alegría, conservando su cultura originaria. Ver más
Fuentes Consultadas